Estado Civil: Abuelos (Poemas con nuestros nietos) |
Grupo Editor Latinoamericano, Bs. As, 2009 |
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“(...) Este libro me remonta a mis propias sensaciones personales como abuelo, por lo que quise evocarlas, al menos sintéticamente, antes de abordar la publicación que es el centro de este escrito. Respondiendo así, además, a la convocatoria de las palabras preliminares de Eliahu Toker, ya que humildemente me incluyó en su dedicatoria:
(...) las páginas de este libro están dedicadas a todos aquellos que disfrutan del privilegio de tener nietos, y que viven con placer y orgullo este inigualable estado civil, la abuelidad (pág. 8).
“Ya desde su título nos produce una sonrisa afectuosa: “Estado civil: abuelos. Poemas con nuestros nietos”. Es cierto, se trata de un especial estado civil que se inscribe internamente al asumir ese rol, que marca una nueva configuración en la familia toda.
“La abuelidad, es un bellísimo y expresivo neologismo que ilustra esa extraordinaria condición de ser abuelos, de vivir esas experiencias inolvidables en las cuales muchas veces nos sentimos retrotraídos a nuestra infancia, espejada en los nietos, que inevitablemente nos hacen rememorar.
Vamos, su manito en mi mano, /¿pero quién conduce a quién?/ Yo lo llevo a la plaza; él, a mi niñez./A la mano de mi padre,/ grande, nerviosa, callada;/ a las manos de mis hijos,/ la alegre y vivaz de su madre,/ la inquieta de su tío.../ Pero ya llegamos a la plaza:/ abro mi mano y las suyas se hacen alas”.
—Moshé Korin en Mundo Israelita, Bs. As.
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Las
manos del silencio (poemas 1997-2003) |
Edición
limitada de 30 ejemplares firmados; 26 poemas
de E. T. y 2 grabados originales de Mirta
Kupferminc, impreso por César Paluí,
Bs. As. 2003. |
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n.
Hermana, / ¿quién va a escribirte
mis versos cuando yo me muera? / ¿Quién
va a devolverte, hecha palabra, tu voz
sedienta? / ¿Quién va a decir
el misterio de bocas y manos / compartidas
como el pan y la tierra? // No temas, hermana.
Todo está casi previsto. / Cuando
yo me muera va a escribirte mis versos
/ otro desconocido.
s. Llevo un corazón aturdido
/ huyendo de la muerte hacia la muerte,
/ una mano en el regazo de mi madre / y
la otra desenvolviendo recuerdos / como
rollos sagrados del desierto / que van
haciéndose polvo llevado por el
viento.
v. Este cuerpo mío
virtual, efímero,
ausente casi, / hecho de
polvo bíblico, educado,
poético, / acariciante,
pretencioso, quijotesco,
/ pródigo en enigmas
milenarios, / sencillos,
insolubles, / logra pequeñas
conquistas / en el
imposible territorio de
otra piel / soñante,
polvorienta, paradisíaca,
/ perecedera, amiga, enigmática,
/ al alcance de la mano
/ y al otro lado de palabras
mudas, / al otro lado de
entresueños no soñados.
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Iluminaciones
judías / Jewish Highlights |
Libro
de arte, edición bilingüe castellano-inglés,
textos de E. T., imágenes de Mirta
Kupferminc, Bs. As. 2002. |
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La
idea de esta obra fue expresar poética
y plásticamente la experiencia
judía como inquietud, como combate
con el ángel de lo obvio, de
lo transitado. Volver a leernos poéticamente
en lo esencial, reivindicando la complejidad,
el asombro, el descubrimiento. Decir,
a la manera judía, los valores
universales, lo plural, lo diverso;
el revés de lo visible; la huella
del nudo del tejido de una mirada,
de un color palabrero.
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La
ferocidad de los jazmines (poemas
1997-2001) /
Versos de un ciclista judío (antología poética
1957-1997) |
46
+ 44 poemas de E. T., Editorial Dunken,
Bs.As., 2001, 128 pp.
[ Enlace ] |
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“Tenemos
entre manos un libro de poemas
de Eliahu Toker. ¿Un libro
o dos libros? Ante todo, el lector
de estos poemas se encuentra frente
a un gesto, acaso travieso, que
al principio divierte y sorprende
para luego incitarnos a pensar.
El libro, o los libros, o mejor:
la serie de poemas que el lector
tiene entre sus manos nos sitúa
ante un recorrido vital. Es el
recorrido vital de un poeta que
se piensa desde su poesía
y bajo las propias claves que le
ha proporcionado su escritura.
Quizá este juego de un libro
doble; de un libro que tiene como
reverso otro libro --y éste
a su vez al primero--; quizá todo
este juego de muñecas rusas
no sea más que la metáfora
casi material que sugiere el proyecto
de Eliahu en esta obra: hacer un
balance de lo vivido, explicarse
a sí mismo. La ferocidad
de los jazmines sería
entonces el pensamiento que resulta
de leer su propio reverso, su pasado: Versos
de un ciclista judío.
Pero ese pasado se nos presenta
como trama, como genealogía;
como una selección de poemas
escritos a lo largo de cuarenta
años. Sin lugar a dudas,
una de las notas características
de la poesía de Toker es
haberle otorgado al judaísmo
un lugar encarnado, concreto. La
ferocidad de los jazmines marca
otro momento del poeta en su relación
con el judaísmo. Éste
no está como leit motiv,
como proyecto, sino que ha quedado
tejiendo la trama, sosteniendo
la urdimbre, el tejido, en el reverso
del texto. Dice: ‘En cualquier
lugar, siempre que sea aquí.
/ En cualquier momento, siempre
que sea ahora. / De cualquier color,
siempre que sea azul. / En cualquier
lengua, siempre que sea en ídish.’” —Moshé Korin
en Mundo Israelita, Bs. As.,
6-6-2003.
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Padretierra
(poemas 1988-1997) |
46
poemas de E. T., Editorial Vinciguerra,
Bs. As., 1997, 70 pp. |
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“En
ocasión
de la visita a Jerusalén
del poeta y traductor judeo-argentino
Eliahu Toker, se llevó a
cabo en la biblioteca de Mishkenot
Sha’ananim una velada literaria
a fin de celebrar la aparición
de su séptimo poemario, Padretierra. ’La
poesía de ET se midió y
sigue midiéndose con otros
textos, con otros astros, con otros
rostros, de la gran tradición
de la literatura judía,
y en el caso de Eliahu, con la
gran tradición literaria
del ídish’, dijo Leonardo
Senkman. ‘Este poemario tiene
indudablemente una voz propia que
se resiste a restringirse a un
solo lugar y a compartir una sola
tradición poética,
la poesía de Buenos Aires.
Este logrado proceso de transculturación
judeo-latinoamericano en ídish
de Eliahu Toker es, de acuerdo
a Leonardo Senkman, la riqueza
mayor que lo diferencia de otros
poetas judíos argentinos
y latinoamericanos que escriben
en español.’ Florinda
Goldberg expresó por su
parte que cada reencuentro con
las obras de Eliahu es el reencuentro
con una voz cuyas modulaciones
conoce, pero al mismo tiempo cada
vez el poeta consigue sorprenderla.
En Padretierra es
posible encontrar imágenes
que oscilan entre el descubrimiento
y la invención del poeta,
y en realidad ambas cosas nos hablan
de revelación.”
—Shoshana
Szostak en La
Opción, Jerusalén,
julio 1998.
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Saga
judía (1973) |
Poema
de E. T., dibujos de Ester Gurevich. Desplegable
de 39 x 57 cm, Ediciones Arte y Papel,
Bs. As., 1990. |
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“Al
igual que cada persona, cada poema
tiene su biografía.
Es el caso de esta Saga
Judía que comenzó a
gestarse en forma de largos diálogos
imaginarios que yo sostenía
con mis hijos. Fue por entonces,
--corría 1973-- que
un gran poeta y amigo, César
Tiempo, me invitó a trabajar
con otro poeta y hombre de teatro,
Ricardo Mosquera Eastman, en la
creación de un espectáculo
poético judío. Nos
echamos a trabajar y a lo largo
de una serie de intensos encuentros
semanales fuimos elaborando su
estructura y contenidos. Convinimos
así que su tono rescataría
lo festivo de la condición
judía, que su forma sería
la de un Seder de Pesaj y que se
denominaría Saga
Judía.
Para esa obra comencé a
escribir un largo poema cuya materia
prima era aquel diálogo
imaginario con mis hijos, organizado
según el modelo de las preguntas
rituales de la noche de Pesaj.
El estallido de la Guerra de Iom
Kipur impactó de lleno en
nuestro proyecto ya que decidimos
que no era momento para espectáculos
festivos. Encarpetamos los borradores
y cada uno volvió a lo suyo.
Cinco años más tarde,
buscando algún texto para
la edición de Pesaj del
periódico Nueva Presencia
exhumé esa carpeta y de
ese largo poema, sin corregirlo
casi, extraje aquel diálogo
pascual, que apareció en
esa publicación en abril
de 1979. Nunca volví a
publicarlo pero, extrañamente,
el poema cobró vida propia.
Levantado de aquella publicación
comenzó a ser reproducido
una y otra vez en revistas y libros,
estudiado y analizado en escuelas,
traducido a otras lenguas, teatralizado,
leído y recitado en sedarim
públicos y privados, con
o sin mención de autor,
en el país y fuera de él... ”.
—E.
T. en la presentación del
poema.
El texto de esta Saga
Judía puede encontrarse aquí en este sitio web.
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Papá,
mamá y otras ciudades (poemas
1980-1988) |
66
poemas de E. T. con dibujos de Ester
Gurevich. Editorial Contexto, Bs. As.,
1988.
[ Enlace ] |
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“En este poemario, más
que en cualquiera de sus anteriores,
Eliahu Toker hace lo que los grandes
poetas: crea un vocabulario, un
idioma. Es un idioma creado con
las mismas prosaicas palabras con
que lavamos los platos, o sacamos
una fotografía, o andamos
en bicicleta, pero tienen otro
contenido, otro sentido, otro significado,
otra melodía. ¿Cómo
hace, si no, el poeta para transmitir
lo inédito, lo vital? ¿Cómo
comunicarle al lector que ese mismo ‘te
quiero’ no es ya la misma
moneda gastada y manoseada durante
siglos? ¿Por qué una
palabra tan trillada como ‘adiós’ cobra
en determinado momento una fuerza
que la hace única, irremplazable,
dramática? Porque existe
una magia que hace que el lector
sienta y sepa que la palabra ya
no es la misma. A Toker no sólo
le cabe la definición de
poeta judío argentino, sino
que en rigor no le cabe ninguna
otra. Si la definición no
existiera debería ser inventada
exactamente a su medida. Representa,
en su obra y en su persona, el
exilio total y por diferentes motivos:
es un exiliado del ídish y su cultura;
un exiliado de su propia ciudad
que es suya, y un exiliado, en
fin, como judío en el exilio.
Las pérdidas elaboradas
por Toker en este poemario son
parte de su yo y, al mismo tiempo
parte de un yo colectivo, de toda
una comunidad que creció al
amparo de aquello que fue. Hay
en este libro poemas familiares,
poemas malditos y también
poemas de la dura noche de la dictadura.
Pero la exquisitez del poemario
son los ‘Poemas de borrador’,
dignos de figurar en la mejor antología
de poesía argentina contemporánea.”
—Mario
Wainstein, Semanario
Aurora, Israel,
7-12-1988.
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La
caja del amor (antología poética) |
11
poemas eróticos de E. T. con
dibujos de Ester Gurevich; presentación
de Santiago Kovadloff, Ediciones Arte
y Papel, Bs. As., 1986.
Editado con el auspicio del
Fondo Nacional de las Artes. |
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“Un
libro realmente bello y que resulta
expresión cabal de una tarea
artística compartida.
Y compartida entre un hombre y
una mujer, que es una de las maneras
más difíciles de
compartir. Se trata de La
Caja del Amor, dibujado
por Ester Gurevich y escrito por
Eliahu Toker. Aunque podría
haber dicho al revés, porque
Ester Gurevich hace poesía
con sus dibujos, y Eliahu Toker
pinta con su palabra. En fin, cada
lector-contemplador se arreglará como
quiera. Pero, eso sí, de
veras valdrá la pena acceder
a la lectura. y contemplación
de esta bellísima Caja
del Amor, tan hermosamente
editada, en la cual (como señala
en su prólogo el poeta y
crítico Santiago Kovadloff) ‘a
diferencia de aquella otra caja --la
de Pandora-- que sólo
guardaba calamidades, ésta
podrá ser abierta sin temor’.
Y con gozo.”
—M.
E. de M., Cronista
Comercial, 3-10-1986.
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Homenaje
a Abraxas (poemas 1974-1980) |
58
poemas de E. T. con dibujos de Ester
Gurevich. Editó Nueva Presencia,
Bs. As., 1980. |
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“Eliahu
Toker, en una bella edición,
con dibujos de Ester Gurevich, nos
presenta su particular Homenaje
a Abraxas. Como dijera una
vez un crítico catalán
de uno de los mejores poetas catalanes,
Toker no escribe tan bien ni tan
mal como para que el lenguaje distraiga
de la particular ternura de su mensaje.
Efectivamente, la ternura lo invade
todo. Una ternura de tango, de ghetto,
a la vez muy rioplatense y muy ídish.
Una ternura que se posa una tarde
en el Planetario y otra tarde en
una gaviota; una ternura de Tel Aviv
o de Champs Elysees, de cabezas de
yeso, marilyns o caperucitas rubias.
Toker es sencillo y eso significa
mucho, y no es pretencioso, y eso
también significa mucho. Detrás
de esa sencillez, se siente un hombre
debatiéndose entre las palabras
y el silencio. Detrás, un
hombre abierto, enamorado de lo grande
y lo pequeño.”
—Rubén
Kanalenstein en Tiempo,
Tel Aviv, 15-1-1981.
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Lejaim (poemas
1972-1974) |
34
poemas de E. T. con dibujos de Beatriz
Berman, Ediciones de la Flor, Bs. As.,
1974. |
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“No todo aprendiz
de sastre soñando arlequines
en Jelem después de Auschwitz,
de la mano del rey David y de un gorrión,
preguntándose otra vez por
Eva y el manzano, por mendigos y
rabinos, será reconocido como
poeta judío. O simplemente,
como poeta. Es necesario haber traducido
la errancia en belleza y la lejanía
de Sión en el dolor; es necesario
madurar una fiebre; es necesario
no terminar nunca de comerse un pan
de fiesta; es necesario convertir
en palabras muchas cosas sin nombre.
En una plaza de Jerusalén
leo Lejaim de Eliahu
Toker, arquitecto. Y poco a poco
lo voy descubriendo poeta judío,
o más sencillamente, poeta.
Pero poeta argentino, es decir, poeta
de la bronca y la ternura. Pero una
bronca tan parecida a la ternura
y una ternura tan parecida a la bronca,
que uno palpa el trasfondo ídish,
idishísimo, de esta combinación.” —Semanario
Tiempo, s/f, Tel Aviv, 6-9-1979.
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Piedra
de par en par (poemas
1957-1972) |
32
poemas de E. T. con dibujos de Helena
Lipszyc. Trenti Rocamora editor, Bs.
As., 1972. |
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“Piedra
de par en par es un libro sin
música,
que existe por la sola virtud de
su pasión solidaria. La
rima, ese eco exquisito que crea
y contesta a su sola voz, según
la definición de Wilde,
está excluida de sus versos.
Es que sus versos no tienen por
qué disponer de campanillas
en sus extremos para hacerse oír,
ni comunicarnos su música
como los violines de Verlaine.
Toker no escribe para halagar el
oído de nadie. Es un pesimista
que cree en todo. Nació con
un mensaje bajo la frente y, después
de haber excavado sus galerías
interiores, nos muestra el camino
de la tierra prometida, el camino
de una poesía que habla
al prójimo como pocas veces
se le ha hablado. En pocas palabras,
un libro que descubre un alma y
en el que se advierte la presencia
de un poeta que conjuga el gozo
dionisíaco de la creación
con su milicia de hombre. Libros
como el de Toker nos reconcilian
con la esperanza, uno de los pocos
movimientos del alma capaces de
ofrecer batalla a la desesperación.”
—César
Tiempo en Mundo
Israelita, Bs.
As., 26-4-1980.
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